Inicio de operaciones del Observatorio Vera Rubin devela, en pocas horas, lugares desconocidos de nuestro Universo
Las imágenes del “First light” del Observatorio Vera Rubin, publicadas este 23 de junio, marcan el comienzo de una película cósmica en 4D. A lo largo de los próximos 10 años de operación, se podrá estudiar las propiedades de la materia espacialmente, y, en diferentes tiempos. “Hoy apreciamos no solo la gran riqueza de galaxias sino, también, quedamos maravillados antes un efecto revolucionario: en solo 10 horas ya se detectaron más de 2.100 asteroides, ampliando considerablemente el conocimiento del Sistema Solar. Además, estas observaciones inauguran una era en el estudio de materia y energía oscuras”, explica Patricia Tissera, académica del Instituto de Astrofísica.
Una de las primeras imágenes es una composición de 678 exposiciones tomadas durante sólo siete horas, que capturan la Nebulosa Trífida y la Nebulosa de la Laguna,
ambas a varios miles de años luz de la Tierra, brillando en tonos rosas intensos contra fondos de color rojo anaranjado. Crédito: Observatorio Vera C. Rubin NSF-DOE
El Observatorio Vera Rubin se ubica en el Cerro Pachón, en un entorno seco y con cielos limpios, en la Región de Coquimbo. Este se caracteriza por tener un telescopio de 8,4 metros, con la cámara digital más grande que existe en el mundo, capaz de captar datos que son procesados con equipos de alta potencia. En su primera prueba de observación, la comunidad científica internacional, reunida en diferentes eventos, quedó perpleja con el potencial que se abre a partir de estas innovadoras imágenes.
¿Cómo se diferencian estas imágenes de las obtenidas en otros observatorios?
Estas primeras imágenes mostraron un campo amplio que incluye millones de galaxias, con un detalle asombroso, y también, permitió la detección de objetos variables.
A diferencia de otros observatorios, estas imágenes se distinguen por:
- Campo ultra amplio: Este captura grandes regiones del cielo en una sola toma. Además, barrerá el cielo completo cada casi tres días. Esto es posible por sus dimensiones (1,65 m x 3 m. de largo).
- Resolución altísima, con su cámara de 3200 mega píxeles: Se puede cuantificar considerando que su resolución es 67 veces más que la cámara de un iPhone 16 Pro y se necesitarían 400 pantallas de televisión Ultra HD para mostrar una sola imagen.
- Alta frecuencia temporal: permite la re-observación cada 3 a 4 noches de una misma área, lo que permite rastrear objetos variables o móviles. Esto puede ser aplicado al seguimiento de asteroides, por ejemplo. El resto de los estudios espaciales y terrestres combinados suelen detectar unos 20 000 asteroides al año. Mientras que en sus primeras horas de operación se lograron descubrir 2.104 asteroides nunca antes vistos en el sistema solar.
“Rubin producirá aproximadamente 20 terabytes de datos por noche, además de una base de datos de catálogos adicional de 15 petabytes. En diez años, el procesamiento de datos de Rubin producirá unos 500 petabytes, y el conjunto de datos final contendrá miles de millones de objetos con billones de mediciones. Gracias a la publicación periódica de datos, los científicos podrán realizar sus propias investigaciones sobre los datos de Rubin a distancia, lo que permitirá acelerar innumerables descubrimientos sobre nuestro Universo posibilitando los avances de la ciencia de formas que aún no podemos predecir”, afirma el Observatorio en su comunicado.
Crédito: Samuel Hevia
En este contexto, el Instituto de Astrofísica realizó su propia “Fiesta first look” en la que participaron profesores, estudiantes y post doctorados. En la instancia se comentaron las primeras imágenes y se discutieron estrategias para utilizar el potencial de los nuevos datos que pronto estarán disponibles para la comunidad científica internacional para impulsar la exploración científica.
“Las investigaciones del Instituto de Astrofísica cubren un amplio rango de temas, muchos de ellos se superponen con los objetivos científicos del Vera Rubin. Nuestros estudiantes tendrán acceso a datos de punta y a la plataforma del Rubin Science Platform, lo que permitirá la generación de nuevas líneas de tesis y trabajos de investigación para potenciales post doctorandos. Además, el Instituto de Astrofísica podrá explotar el acceso a los datos ofrecidos por Rubin, lo que potenciará la infraestructura computacional y la ciencia de datos. Por último, esta es, también, una oportunidad para generar nuevas colaboraciones interdisciplinarias”, reflexiona Patricia Tissera.
Los objetivos del Observatorio Vera Rubin
El Observatorio Rubin es un programa conjunto de el NOIRLab de la Fundación Nacional de Ciencias y la Oficina de Ciencias del Departamento de Energía, ambas de Estados Unidos, quienes lo operarán cooperativamente. El NOIRLab está gestionado por la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía (AURA).
Su cámara digital es de alta reflectividad y está conformada por tres espejos. La luz entra al telescopio desde el cielo e incide en un espejo primario ( de 8,4 m de diámetro), se refleja en el espejo secundario ( de 3,4 m de diámetro de diámetro) y regresa a un tercer espejo (4,8 m de diámetro) antes de entrar al sensor en la cámara, captando grandes cantidades de luz.
Desde el observatorio afirman que el alcance máximo de la mayoría de los datos es de unos 163.000 años luz, pero utilizando Vera Rubin, los científicos podrían ver hasta 1,2 millones de años luz.
El sondeo del cielo se realizará en torno a cuatro objetivos:
- El mapeo de los cambios en el cielo o en objetos transitorios.
- La formación de la Vía Láctea.
- El mapeo del Sistema Solar, para detectar cambios y alertar a la comunidad científica.
- La comprensión de la materia oscura y la formación del Universo.
¿Quién fue Vera Rubin?
La astrónoma estadunidense vivió entre1928 y 2016. Ella se convirtió en la única especialista en Astronomía que se graduó de la prestigiosa universidad femenina Vassar en 1948. Después de eso, se le negó la matrícula en el programa de postgrado en Universidad de Princeton, por ser mujer. Cuando se derogó esta norma, en 1975, ingresó a la Universidad de Cornell, donde estudió Física. Luego, se trasladó a la Universidad de Georgetown, donde obtuvo su doctorado en 1954.
Como investigadora, junto al científico Kent Ford, estudiaron más de 60 galaxias y descubrieron que las estrellas de los bordes exteriores se movían con la misma rapidez que las del centro, algo que no obedecía a las leyes de la Física. Para conciliar sus observaciones con la ley de la gravedad, los científicos propusieron que había materia que no podemos ver y la llamaron materia oscura.
"Nunca hemos sido capaces de ver directamente una de estas partículas de materia oscura, a pesar de que constituyen más del 80% de toda la materia del Universo. Lo que sí podemos ver —continúa— es el efecto gravitatorio que tiene la materia oscura sobre las galaxias y su distribución en el Universo. En este sentido, el observatorio tendrá como una de sus tareas catalogar más de 10 mil millones de galaxias para entender cuántas hay de un determinado tamaño.Si vemos un montón de galaxias pequeñas, eso apoyaría nuestra hipótesis actual más probable sobre las propiedades de la materia oscura", explican desde el Observatorio.
“Vera Rubin fue pionera al demostrar —mediante curvas de rotación galáctica— la presencia de materia oscura en galaxias espirales. Ella abrió el camino a las mujeres en Astronomía, superando discriminaciones estructurales —por ejemplo, luchando por acceso a instalaciones observacionales— y siendo mentora de generaciones de investigadoras. Personalmente conocí a Vera Rubin en una conferencia científica, y fue muy emocionante compartir discusiones con una mujer astrónoma que impactó tan profundamente el estudio de la formación de galaxias”, recuerda Patricia Tissera.