30 October 2025

Asistentes a la ceremonia leen los relatos sobre la Sala Linux
En el marco de la Semana de la Facultad de Física, el martes 28 de octubre nos reunimos como comunidad para conmemorar los 20 años de la Sala de Estudios Profesor Carlos Rivera Cruchaga, exclusiva para actividades académicas de los alumnos de pregrado nuestra Facultad, conocida como “Sala Linux”, debido al sistema operativo de los computadores que tiene el lugar.
Esta sala dispone de espacios para trabajo grupal, dos salas de estudio silencioso y puestos de trabajo con computadores Linux. Sin embargo, más allá de la infraestructura, esta se ha convertido en un lugar seguro para el desarrollo universitario, a cargo de cuidadores que han sostenido a través de dos décadas “la cultura cotidiana de la Sala Linux”.
Al inicio del la ceremonia, el decano Samuel Hevia destacó el rol de la sala para la comunidad de estudiantes y las experiencias e historias que se han desarrollado en este espacio.
Luego, el profesor Rafael Benguria, quien promovió su construcción mientras era director de pregrado en la Facultad, hizo un repaso de la historia de la Licenciatura en Física en la UC, que se inició en la década de los 60, de cómo se gestó la construcción de la sala de estudios, así como los desafíos que ha enfrentado a lo largo de estos años. “Una de las cosas más notables de la Sala Linux no es el edificio, sino que fue nuestra concepción de lo que era una sala de estudios. Desde su origen, en el año 2005, la sala de estudios se pensó que iba a ser administrada por los mismos estudiantes. Y la gente, cuando venía de otras facultades, nos decían ¿Cómo pueden ustedes confiar en los estudiantes? Y nuestra respuesta era ¿cómo no?, si tenemos a los mejores estudiantes de Chile”, reflexionó el profesor.

Participantes del concurso "Sala Linux en 100 palabras"
Tras el relato histórico, se realizó la premiación del concurso literario “Sala Linux en 100 palabras”, que buscaba rescatar las experiencias vitales que han surgido en torno a este espacio.
Se recibieron 9 relatos anónimos, en los que participaron estudiantes, académicos y funcionarios. Estos fueron evaluados por un jurado interno y se entregaron los reconocimientos a los primeros tres lugares:
1er lugar: “Certezas”, por Giovanna Cottin
2do lugar: “Error 404: neutrinos not found”, por Francisca Garay
3er lugar: “Al abrir las puertas de la sala”, por Katerinne Flores

Las académicas y exalumnas Giovanna Cottin y Francisca Garay ganaron el primer y segundo lugar respectivamente en concurso "Sala Linux en 100 palabras"
Para finalizar, Martina Cornejo, presidenta del centro de estudiantes hizo un llamado a continuar mejorando el espacio: “Si estamos conmemorando los 20 años, es porque muchas personas han sostenido este lugar. Hoy celebramos que esta sala está vigente porque nos invita a hacer comunidad, nos acompaña en lo cotidiano y porque todavía queda mucho por hacer. Dos décadas después, el mejor homenaje que podemos darle a esta sala es cuidarla, mejorarla y proyectarla”.
A continuación compartimos todos los relatos breves que participaron en el concurso:
Certeza
Era Otoño 2006. Luego de clases entra, junto a sus dudas, a la sala Linux. Analiza. Humanos con orejas tapadas, ahogados en libros. Podían estar leyendo sobre secretos profundos. Observa. Tintas en pizarras, con ecuaciones intentando descifrar el mundo. Escucha. El tecleo de máquinas cansadas, que podían calcular procesos de partículas subatómicas o ajustar datos de lejanas estrellas. Él levanta la vista. Su mirada perdida enfoca un pelo castaño, largo, que en movimiento devela unos ojos verdes, que lo reciben desafiantes. Ya no le importan esos libros, esas ecuaciones, ni esas máquinas. En esa mirada, entendió todo.
Giovanna Cottin
Error 404: neutrinos not found
En esa práctica de verano, en la sala Linux, pensé que iba a atrapar neutrinos. Terminé atrapando errores de compilación. Descubrí que para hacer física primero tenía que sobrevivir al teclado, al compilador y a la impaciencia. Los neutrinos eran invisibles, pero nada comparado con mis resultados, de los cuales ni rastro.
Francisca Garay
Al abrir las puertas de la sala Linux
Cuando abro las puertas de la sala Linux por las mañanas, pruebo el ruido vivo de un vacío feroz, es una instancia de distracción suprimida que propicia a la mente ejercer su profesión. Pero, aunque sonría por proyectar qué estudiar para lo que viene, lloro más veces recordando las pérdidas cuando esto no ocurrió. Pensamientos egoístas pero caballeros, porque no interrumpen cuando otro viene a sentarse detrás del mesón, cuando ojos conocidos examinan contigo los libros del estante interior, ya que sabe perfectamente que pesa mucho menos doler de a dos.
Katerinne Flores
El Guardián del Murmullo
Llegamos en masa el primer semestre, una generación entera descifrando física. La Sala Linux era, en teoría, solo para estudiar, pero entre ecuaciones se colaban risas y conversaciones que la convertían en refugio. Años después, me tocó ser el cuidador. Desde ese puesto observé el ciclo completo: la concentración, la frustración y la explosión de una broma rompiendo el silencio. A veces debía pedirles que bajaran la voz, sintiendo una punzada de pena al interrumpir esa camaradería. Comprendí que ese murmullo era tan vital como el silencio: el sonido de la amistad aliviando el estudio.
Andrés Veloz
Quien diría…
La sala de estudios Carlos Rivera Cruchaga, mejor conocida como Linux, es un espacio que nace gracias al esfuerzo y motivación del Profesor Rafael Benguria. Este maravilloso espacio cumple 20 años y el mismo ha sido testigo de innumerables sucesos. Ha refugiado a los estudiantes durante los días de lluvia. Les ha brindado un espacio para compartir durante la carrera. Ha visto egresar a muchísimos alumnos que sin dudas impactaron a donde fuesen. Quién hubiese dicho que el espíritu de Linux trascendería del lugar físico que ocupa y llegaría a los corazones de cada uno que la visitó.
Vicente Córdova
Relatos de una tía Linux
Parecía ser un viernes cualquiera. Excepto que no lo era.
Inusualmente estaba llena la sala.
Olía raro.
Miedo...
Nervios...
¿Caos?
(Me piden la corchetera)
¿Dónde están las risas? Ningún chisme a excesivo volumen pareciera escucharse.
(Me piden la corchetera)
Entran y entran alumnos. Ninguno me saluda.
Esto está mal.
(Me piden la corchetera, tengo que recargar)
La sala bulliciosa, polémicas sobre fórmulas que nunca había escuchado. Hojas arrancadas de cuadernos en el piso.
(Me piden la corchetera)
¿Y por qué todos me piden la corchetera?
Una dulce voz me responde:
"Hay prueba de oyo. Es con apuntes".
Matilde Campero
Sala Linux: 20 años de órbitas libres!!
Aquí el pensamiento no se encierra, se expande como universo, se acelera como partícula. Cada idea es energía, cada código una constelación compartida, es colisión de mentes que crean sin permiso, que despiertan, cuestionan y transforman.
Profesores, estudiantes, exploradores del saber: No la miren desde lejos!! Habítenla, transfórmenla, háganla crecer!!
Porque la Sala Linux no son solo 20 años de historia, es pensamiento en marcha, es cosmos vivo, y tú eres su próximo movimiento, su próxima estrella!!
Jessica Pereira
Un pequeño espacio
20 años de tu existencia, solo un año menos que la mía. En mi corta vida he conocido muchas personas, muchos relatos, muchos lugares. Me pregunto cuántas historias nos podrías contar tú, cuántos sueños se forjaron aquí y cuántas desgracias y miedos se calmaron entre tus cuatro paredes. Eres la cómplice silenciosa de secretos, risas, anhelos y también de muchos cahuines. Más que solo un lugar para estudiar, eres un refugio donde crecemos, nos apoyamos y donde construimos comunidad. Eres ese espacio que nos recibe siempre con la misma calma, eres el lugar que nos promete que todo estará bien.
Matilda Zúñiga
Zona individual B
—Igual le agarraste cariño a Linux, yo antes prefería la biblioteca —nos reímos, y me quedé pensando…
Quizá en el verano no es prometedor, los grupos me sofocan, pero puedo estar sola, y al contrario, en el invierno me nace buscarla, esperando su calidez. Sin pensarlo mucho, es donde encuentro a mis amigos, "vamos a Linux", "estoy en Linux", no fue amor a primera vista, pero el cariño susurra. Aquí estoy desde mi primer año, pruebas, informes, alegrías, tristezas, un par de amores y paredes finas que cuentan historias de nosotros.
—¿Vamos al Castaño? —vuelvo a sonreír mirando sus ojos.
Amanda Valdivia