16 November 2015

Premios “EdUCiencias” distingue a los mejores docentes de Física y Química del país

El concurso reconoce a docentes de todo Chile, que realicen las mejores prácticas en el proceso educativo. En esta oportunidad, profesores de Iquique y La Serena se adjudicaron el reconocimiento.

premiadoseduciencias1Haber sido el primer profesor latinoamericano en manejar un robot de la NASA, desde Chile, simulando una misión a Marte en Hawaii; y contribuir a la regularización de los estudios de adultos que trabajan en la minería, son las experiencias de dos profesores de enseñanza media que resultaron ganadores del Concurso EdUCiencias 2015, organizado por la Universidad Católica, El Mercurio y AES Gener.

El concurso, que premia a los docentes de todo Chile, que realicen las mejores prácticas en el proceso educativo, destacó en esta oportunidad a los profesores de las áreas de Física y Química, donde resultaron ganadores César Rojas Cortés, del Colegio San Joaquín de La Serena; y Omar Rojas Valdenegro, del Colegio Humberstone de Iquique, respectivamente.

El rector de la UC Ignacio Sánchez destacó la trascendencia que tiene este premio, dada la tradición de éste y la motivación que genera en quienes se lo adjudican. "Creo que este premio es muy importante para las comunidades de ambos profesores. Con esto se demuestra que desde distintas regiones y colegios del país, se puede tener una relevancia a nivel nacional y obtener reconocimiento en áreas que son tan importantes para el desarrollo de nuestro país. La formación en ciencia es clave para que podamos seguir teniendo buenos científicos y hacer ciencia de nivel mundial", enfatizó el rector Ignacio Sánchez.

César Rojas: "Vibro con la Física, me apasiona"

Este profesor de Física del Colegio San Joaquín de La Serena, de 37 años, cuenta que sus primeros años de universitario fueron en torno a los estudios de Ingeniería, donde permaneció tres años y luego, frente a la sorpresa de sus padres, decidió retirarse y estudiar Pedagogía en Física y Matemática en la Universidad de La Serena. "Yo quería ser profe", asegura con convicción, razón por la cual no esperó más tiempo y se dedicó a la Física por completo.

Esa repentina decisión, pero en completa claridad, fue el comienzo de una carrera profesional que hoy lo apasiona dedicando gran parte del día a la ciencia y a sus alumnos del colegio y de la Academia de Astronomía. Pasión que hoy lo lleva a adjudicarse el Premio Michael Faraday de Física 2015 "por el impacto que ha tenido en la formación de sus estudiantes en el área de la Física, motivación vocacional que ha llevado a ex alumnos a carreras relacionadas a esta área, su perfeccionamiento continuo en docencia, y la gran cantidad de actividades extracurriculares destinadas a fomentar el interés por la Física en sus alumnos".

Asegura sentirse muy honrado con el premio recibido, "principalmente por la casa de estudios de la que viene, dado que tengo una admiración enorme por la Universidad Católica. Y lo segundo, porque (este premio) apunta directamente a los resultados del docente, a lo que sucede en el aula y eso me llena de orgullo. Recibir un reconocimiento como éste es como tocar el cielo con las manos, es una motivación muy grande y me abre nuevas puertas, pero la docencia seguirá siendo lo mío".

Cree que una de las principales razones de haber sido destacado en esta versión del Premio EdUCiencias, se debe a que se considera un profesor muy cercano a los alumnos y "un poco lúdico", lo que ha contribuido a que la Física sea mejor entendida y más valorada por quienes han sido parte de sus clases.

Entre los aportes realizados por Rojas Cortés, está haber sido el primer latinoamericano en manejar uno de los robots Rovers de la Nasa, cuando junto al Observatorio Gemini y la Universidad de Hawaii, participó junto a sus alumnos de la Academia de Astronomía en un proyecto que emulaba durante una hora una misión a Marte, cuyo objetivo era encontrar resquicios de alguna civilización antigua. Es así, que desde el colegio en La Serena, debieron manejar un robot de la NASA situado en Hawaii, en terrenos cuyas características se asimilaban al planeta rojo "fueron 60 minutos increíbles", recuerda Rojas.