200 AÑOS DE UN EXPERIMENTO SIMPLE QUE REVOLUCIONÓ LA HISTORIA DEL MUNDO
Hoy se cumplen 200 años de la realización de un experimento extremadamente simple, pero que cambió la historia de la Humanidad: mientras hacía clases, el destacado físico danés Hans Christian Oersted, demostró que una aguja magnética de una brújula podía ser desviada por el efecto de una corriente eléctrica. El resultado experimental sorprendió a todos los presentes, incluyendo según cuentan las leyendas, al profesor, quien descubrió que tanto el magnetismo como la electricidad eran manifestaciones distintas de un solo fenómeno: el electromagnetismo.
"Oersted había nacido en 1777 y era hijo de un farmacéutico, por lo que uno puede imaginar que siempre le gustó hacer experimentos. Él estudio farmacia en la Universidad de Copenhague y como era buen alumno, ganó una beca para viajar por Alemania, Holanda y Francia, entre 1801 y 1803, dando conferencias. En esos viajes conoció al físico alemán J. W. Ritter, quien tenía la teoría "loca" de que existía una conexión entre estas dos energías, pese a que, desde la época de Tales de Mileto, que se creía que eran fenómenos distintos. Siguiendo su intuición, durante 16 años Oersted buscó esa relación, y cuando la encontró, cambió rápidamente la historia de la humanidad", explica Rafael Benguria, académico de la Facultad de Física.
El descubrimiento desató una ola de nuevos conocimientos. Al año siguiente, en 1821, Michael Faraday inventó el motor eléctrico y con esto se optimizaron muchos procesos. A raíz del experimento, Oersted investigó intensamente el fenómeno y abrió el camino para que André-Marie Ampère y Michael Faraday desarrollaran las leyes del electromagnetismo.
Entre 1820 y 1831 hubo una búsqueda incesante por obtener el fenómeno inverso: producir electricidad a partir de un campo magnético. Este desafío fue superado por Faraday, quien describió por primera vez la inducción electromagnética, cuya principal aplicación es el generador eléctrico.
El proceso iniciado por Hans Christian Oersted en 1820 tuvo su punto cúlmine en 1864, cuando el físico escocés James Clerk Maxwell demostró que el campo electromagnético satisface la ecuación de ondas. Esto dio origen a las ondas electromagnéticas, y en particular, a la unificación del electromagnetismo y la óptica.
"Es impresionante que un simple experimento como el Oersted, que celebramos este 21 de abril, haya cambiado tanto nuestras vidas, como sociedad, pero también a nivel cotidiano. Con el descubrimiento del electromagnetismo fue posible construir motores, alternadores, generadores, y dinamos que han cambiado el panorama científico, industrial y técnico de la nuestra historia. Gracias a su aporte ha sido posible el desarrollo de áreas tan críticas como las telecomunicaciones. Su experimento es ciertamente una de las revoluciones científicas más importantes en la historia de la humanidad", explica el profesor Rafael Benguria.